domingo, 4 de enero de 2009

1ero de enero del dosmilnueve, pero hoy me atrevo a publicar estas desgarradas lineas de un pasado. Lol.

Probablemente, en la forma soy atroz, pero en el fondo mi fluidez es parte de lo que manejan muy pocos, los más sabios y los más locos.
Ayer debajo de las memorables 12 de la noche pensé en ti, y le comenté al astro más cercano que mi validez sólo implicaba el pensarte, quizás después del momento justo, te enteráses, ó quizás nunca, Como nunca tu nuca ha de toparnos.
Pero pensé que nunca no tiene significado de nunca, sino más bien la seguridad de nunca volver a verte siempre.
Tu negativa ante mi está marcada como un orificio dentro de lo que me mueve día a día, y recuerdo mis presentes como movimiento, la quietud sería tenerte.
Hay un trago amargo en pausa detrás de cada gesto que pretende ser feliz.
Risas, todo se traduce en risas.
De pronto me saco el disfraz, y la imagen supera las imagenes de otros tiempos.
En lo que respecta a dolor, bienvenido sea el cambio que siempre es positivo.
Tengo 21 pero me siento de 40.
Lloro con pena y me rio fuerte.

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