miércoles, 26 de diciembre de 2007

Vino tinto.. último enjuague.



¿Cúando fue que se trilló tu luna llena de moscas al azár...?
¿Cómo fue que dejaste tanto a cambio de tan poco?
En el soplido de las últimas veces el sopor es espeso y se quema cuando vuelves para
no dejarte entrar nunca más, como quien labra su propio destino, dejando mijagas de nada en ese arroyo que te alumbró por un sinfín de estrellas rutilantes que hoy han muerto para no renacer en presente ni futuro.
El oleaje se calma sin presencias antiguas, como guisados de polvo envolviendo la inocencia que queda.
En el café... las memorias olvidadas que entumecen las mañanas a las 8:00am.
El pasto seco es vida que muere para continuar su ciclo con más fuerza.
Las pestañas humedas limpian los ojos de quienes aprovechan la angustia para embellecer las pinturas desascaradas. Y el camino de tierra pinta sus pasos de vidas que comienzan de cero.
Como si lo intrínseco no importara, cual corazón vomitado que sufre espasmos desde afuera.
Acto fallido, respiración en pausa y manos sudorosas.
La noche envejece en un continuo estado de alerta inexistente, muchos pasaron por mi lado sin que me percatara.
Vino tinto, último enjuague.. El sol salió y la bitácora apunta el norte en dirección a tus ojos.
El próximo paraje está a kilómetros de distancia, vidrios en el suelo y pies descalzos.
Último suspiro, poco a poco se oyen voces.. un pájaro canta y perros ladran a lo lejos.
Existió un tiempo que se detuvo conmigo, como un aire que fluye y retiene el tiempo dentro.
La esencia lucha por quedarse, soy yo quien permanece por sobre las historias, daños y alegrias..
Apreta tus dientes para que el aire no choque con tus mejillas, cánsate de bailar, baila como si nadie te estuviera viendo.
Afloja tus frenos de plomo y encuéntrate con la circunstancia, frío que has de sentir para comprender el mío.
Como un espectador de su propia vida que no puede hacer nada frente a esa película denominada pasado, cambiemos de papel, que no existan dimensiones y quedémonos en lo más alto que hemos llegado.
Absurda contemplación de tiempos y espacios ausentes, te cedo la editorial de tu vida, y empasto mis sueños sobre tus fracasos.
Me quiebro ante mi propia autoridad, mis rodillas chocan con tu suelo..
Acto seguido, mi boca pinta de muerte tu último beso..

No hay comentarios: